Fue Henry Chadwick quien se percató de la importancia de los hits, los outs y los turnos con el madero para medir un buen bateador. Fue entonces, que hizo un primer formato para llevar la anotación de un juego, lo que hoy conocemos como box score, además de introducir la fórmula para determinar el promedio de bateo de los jugadores a la ofensiva y la efectividad de los lanzadores a la hora de subir a la lomita.

Historiador de profesión e Inglés de nacionalidad, este personaje pasaría a la historia por el establecimiento de las estadísticas en el béisbol.

Los números hoy en día, determinan los mejores del juego de manera individual o por equipos, además de ser el parámetro más exacto de productividad o efectividad en las Grandes Ligas. De ahí su relación con los mejores salarios a nivel profesional.

A continuación, te dejamos las principales estadísticas a tomar en cuenta para todo conocedor del beisbol:

Bateo;

Promedio o average

A la ofensiva una de las estadísticas más comunes. Se obtiene al dividir la cantidad de hits conectados, incluyendo dobles, triples y Home Runs, entre el número de turnos al bat legales (no cuentan las bases por bola, golpeados y flys de sacrificio). Ejemplo: si un bateador conecta 118 imparables en 400 turnos, simplemente divide la primera cantidad entre 400, y el resultado será .295.

Porcentaje de slugging (SLG).

Sirve para medir el poder de un bateador en relación con el número de bases alcanzadas en cada turno. Para calcular el slugging, se suman los hits, el número de dobles por dos, el de triples por tres y el de HR por cuatro y luego dividimos la suma total de esas cifras entre la cantidad de turnos al bat.

Porcentaje de embasado (OBP).

Se obtiene al dividir el número total de hits conectados, las bases por bolas y por golpe entre los turnos al bat, las bases por bola, los golpeados y elevados de sacrificio.

Efectividad de carreras limpias permitidas

Así como el average es la estadística primordial del bateo; la efectividad de carreras limpias es la medida predilecta de los lanzadores. Con una contraposición implícita. A la ofensiva se persigue un promedio de bateo alto, mientras que en el pitcheo la baja efectividad del contrincante es la meta.

Se obtiene al multiplicar el total de carreras limpias permitidas por 9 (representando los nueve innings que tiene un juego) y se divide por el número de entradas lanzadas.

Porcentaje de victorias.

Sencillamente se divide el número de juegos ganados por un pitcher entre la cantidad de decisiones que alcanza, la cual encuentra con la sumatoria de victorias y derrotas.

Promedio de bateo de los oponentes contra un pitcher

Para conocer el average ofensivo de un equipo contrario contra un lanzador, tan sólo se necesita tomar el número de hits permitidos por ese pitcher y dividirlo entre la cantidad de bateadores enfrentados, las bases por bola, los golpeados, interferencias, toques de pelota y sacrificios.

Fildeo;

Promedio defensivo.

A la hora de buscar las pelotas conectadas al cuadro interior o los jardines, la velocidad y la virtud de tener un fuerte y preciso brazo representan la medida defensiva adecuada al medir el average de fildeo, de igual importancia para determinar las habilidades de un jugador.

El promedio defensivo refleja el éxito que tiene un pelotero al ejecutar jugadas que eviten a los bateadores oponentes llegar safe a una base. Se obtiene con la suma de los outs y asistencias realizadas entre el número total de outs, asistencias y errores.

Para algunos, el beisbol parecería un juego simple y primitivo de una pelota y un bat, pero tiene más significado, complejidad y detalles que la mayoría no se detienen a observar. Gracias a la estadística, sabemos que las cifras, pueden resultar algo confusas desde la frialdad de los números, sin embargo representan una radiografía clara del desempeño individual y colectivo del juego.